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Año Legislativo:XXVIII LEGISLATURA
Categoría:Sesión Ordinaria
Número de Cassette:2
9

SESIÓN 1 AÑO 2012
CASETTE 2 MIRNA CRUZ MARENCO

POETA E HISTORIADOR, JULIO VALLE CASTILLO:
…/ que le permitían una apertura como la mazonería hacia el pensamiento contemporáneo y moderno, fue en Chile que Darío inicio, su gran revolución que hizo y fundó a Nicaragua, la revolución del modernismo literario con sus formidable libro Azul, que tendría una gran repercusión en España, las famosas cartas Americanas don Juan Valera, sin embargo Darío que se pasa la vida en Europa, en Sudamérica, Darío que se pasa la vida viajando no dejó de ser nicaragüense.

Nicaragua como paisaje, pero como paisaje de infancia autobiográfico la vasta llama tropical el sol, el vigor, cívico, la raza y hasta una canción mosquita constituyeron entre sí una especie de constante Poética de Darío, a pesar de las acusaciones y reproches que suelen hacérseles de exotistas, evasivos y desarraigados, aun hasta el mismo léxico nicaragüense está presente en sus textos para apoyar a caso con precisión su escalada lirica y evocadora.

Nosotros nos limitaremos a hablar esta mañana de la presencia real en el eje cultural de Darío en Nicaragua, la persistencia de un motivo, el poeta anuncia la modernidad es decir como el tiempo que afianza su nacionalismo latinoamericano, asegura también la liberación de un lenguaje poético nicaragüenses y por ende hispanoamericano, aunque ya sabemos que la causalidad social no produce mecánicamente el efecto literario.

La poesía es historia está sometida al cambio de modo que mas mediatizado y sutil que las sociedades pero en todo caso va expresando un nivel de las formas por las explosiones y la decadencia de las formas la entrañable variaciones de la comunidad que constituye lo primario.

Ustedes diputados, diputadas, Padres de la Patria; ustedes son desde aquí hombres en continuo dialogo con la sociedad, ustedes como nosotros los poetas mantenemos la lengua, la lengua en comunicación, la lengua para aclararlos para fijar nuestros conceptos, no dice esta fecha el nacimiento de Darío una celebración gratuita, es la celebración de la fundación de un país y de la fundación de varias lenguas que son las lenguas americanas, con la aparición de “Azul”, vino después la parición de “Prosas Profanas” el libro más lujoso que Darío haya escrito, el mayor alarde de versificación de temas universales, de exquisiteces, se le acusó “de estetisista” como si la belleza no fuera inherente al ser humano.

Después del formidable Prosas Profanas aparecio, Cantos de Vida y Esperanza, 1905 pero ya Cantos de Vida y Esperanza fue el libro Americano y Español por excelencia, fue el libro que reclamo y volvió ante Roosevelt la ocupación de nuetras repúblicas, fue el libro de volvió por la España derrotada en la guerra de 1898 por los Estados Unidos en Cuba es decir, el hombre que estaba volviendo con su libro por la raíces americanas, mestizas, indígenas, españolas por lo tanto nicaragüense en su libro Cantos de Vida y Esperanza que acaso alcanzo los mayores niveles de perfección.

En los Cantos de Vida y Esperanza Darío evocara curiosamente la madrugada, el sol nicaragüense de encendidos oros, los bufones, los recuerdos de su infancia y publicará posteriormente la gran crónica de su viaje a Nicaragua en 1907 cuando fue recibido realmente como dijo él, “como un profeta en su tierra”, era la otra Nicaragua la Nicaragua de la revolución liberal de 1893 que estaba abriéndose a la modernidad a través del pacto comercial con Europa que devino el pacto cultural.

El cultivo del café, de la caficultora, fue el cultivo también de la cultura nicaragüense, nos incorporábamos entonces a la modernidad a un capitalismos más desarrollado y entonces ese Darío empezó a tener por los intereses Norteamericanos, en el área del Caribe y fue en 1912 que nos ocuparon, fue en 1912 que Nicaragua perdió su soberanía. Pero habíamos ganado la lengua en la que hoy seguimos hablando Darío se preguntaba ¿cuántos millones de hombres hablaremos ingles? callaremos, ahora para llorar después “He lanzado dice Darío; mi grito cisne entre vosotros que habéis sido los fieles de la disolución y siento como una fuga de americanos potros y el estertor postrero de un caduco león”.

Con todo Darío después de la nota Knox después de que lo dejaron sin la representación de Nicaragua en Cuba en 1910 y en México cuando iba a la independencia Mexicana a la celebración del primer grito de independencia mexicana hace un siglo también vino a morir a Nicaragua tuvo la dignidad de rechazar un precario y vergonzoso abono del Presidente Adolfo Díaz, que no le había cancelado sus honorarios de diplomáticos y le mandaron trescientos dólares a un hombre que le debían más de diez mil dólares y Darío los rechazo con una gran dignidad diciendo: “que él no era un poeta nacatamalero”. No recibió ese dinero y antes cuando salió de España cuando Europa estaba encendida en la guerra mundial, Darío fue un abanderado de la Paz llego a los Estados Unidos a recitar el Spanish outside of América el Poema Pax llamando a la Paz al mundo.

Visto rápidamente someramente Darío como padre de esta patria como fundador de esta patria fue un unionista centroamericano desde sus primeros años, fue un hombre que descubrió los lados negativos del capitalismo mundial cuando viniendo de chile paso por panamá y vio a la negritud que había trabajado en el canal que estaba construyendo los franceses, abandonados sin su sueldo pegando grito, y eso se le mantuvo a Darío hasta que paso por Nueva York ya para venir al cementerio natal y recordaría, viviría en sus noches o en sus meditaciones de madrugada como aquellas casas de cincuenta pisos, servidumbres de color, millones de circuncisos, máquinas, diarios y avisos y tras la quinta avenida la miseria está revestida de dolor, dolor, dolor. Darío, murió cierto como un poeta, como un intelectual, como un intelectual que Refutó a Taft, que denunció a Roosevelt, que denunció todo los atropellos contra la soberanía nacional, murió como un peregrino de la paz. Ese hombre que fundó a Nicaragua en la palabra, la palabra que hoy está utilizando ustedes para redactar leyes para este país.

Esta palabra que están ocupando ustedes hoy para hablar y discutir sobre nuestra realidad esa es la importancia de Darío el hombre que nos doto de identidad y que defendió nuestra identidad ante el mundo, el hombre que nos dio una lengua porque este es un país que uno lo escucha en la calles, en las plazas y este es un país que habla un país con lengua. No en vano Darío nos definiría como un pueblo fuerte, apasionado altivo, pueblo con la capacidad de ser vivo y de poder demostrar bravamente en la diestra el acero de guerra o el olivo de paz. En su nacimiento en el primer mes de este signo significativo en el inicio de las gestiones de este Poder del Estado tenga presente tres cosas que nos dejo Darío: La Moral de la Patria, la Defensa de la Patria, la Soberanía de la Patria, el Amor por la Patria tenga presente la lengua usen el idioma con la soltura y la creatividad y la musicalidad que la uso Darío y también me parece piensen en la moral del país en refundar también en la belleza y en el bien a Nicaragua.

Agradezco a la Juna Directiva que me haya invitado hacer estas reflexiones hoy día del nacimiento de Darío, les agradezco a ustedes que me hayan escuchado, solo aclarare por que se han multiplicado los rumores que Darío no era hijo de su padre.

Invito a los diputados y a las diputadas que constaten el día de la boda de doña Rosa Sarmiento García con don Manuel García Sarmiento y se darán cuenta un 18 de Enero del 1867, con una Nicaragua de menos con casi poco menos de cien mil habitantes agrícolas, ganadera nueve meses después había nacido el niño hijo de Manuel García y Rosa Sarmiento. Contra los datos científicos y la biología a veces no se puede ficcionar, dejo ese dato para que lo recordemos hoy, cuando nos estamos acercando al ciento cincuenta aniversario de su nacimiento y muy pronto al centenario de su muerte.
Muchas gracias señores de la Asamblea, señores Directivos era lo poco que podía reflexionar sobre Darío.
Muchas Gracias.

MAESTRO DE CEREMONIA, LICENCIADO EDUARDO:
Ha sido la participación del poeta e historiador Julio Valle Castillo en esta sesión especial, en Conmemoración al 145 Aniversario del Natalicio de Rubén Darío, Príncipe de las Letras Castellanas.

A continuación será las palabras del Ingeniero René Núñez Téllez, Presidente de la Asamblea Nacional.

PRESIDENTE RENÉ NÚÑEZ TÉLLEZ:
Buenos días para todos y para todas, compañeros de la Junta Directiva, compañeros y compañeras Diputadas y Diputados Licenciada Vilma de la Rocha, Directora del Instituto del Cultura diputado Julio Valle, Historiador y Poeta amigo, Licenciado Miguel Ángel Martínez, Director Ejecutivo del museo y archivo Rubén Darío de León; Licenciado René Gonzales Mejía, Presidente del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, Señores Periodistas.

Para algunos incluso para grupos estudioso hablar de Rubén Darío es hablar del poeta de la perfección rítmica, de la métrica de la palabra bella, de los cisnes, de las princesas; es decir hay un Darío estereotipado, incluso hay un poema de un poeta Nicaragüense que dice: “Tuérzale el cuello al cisne de orgulloso plumaje”, tomando en consideración que el cisne fue el ave representativa de Darío pero esa es solamente una faceta de Rubén Darío no olvidemos que Darío fue quizás el mejor conocedor del idioma español y también quizá el mejor trasformador e inventor de las palabras españolas.

También Darío escribió en francés, también Darío sabia latín, sabia griego, conocía a cabalidad la mitología griega y latina, también Darío conocía la Biblia, la historia latinoamericana, la historia de Nicaragua, era periodista, era narrador, era ensayista, era universal Rubén Darío, era múltiple, era político decía también incluso el mismo lo dice en uno de sus de sus creo que el segundo prefacio de Cantos de Vida y Esperanza dice: “Si en este libro encontras políticas es porque es universal, Y si hay versos a un Presidente es porque es un clamor continental”, fue visionario y profético en la Oda Roosevelt le dijo: “Eres los Estados Unidos, eres el futuro invasor de la América ingenua” y la historia demostró que Darío tenía visión y tenía razón.

Entonces también Darío en su poema “Tutecotzimi” habla de nuestros aborígenes de sus virtudes de sus bellezas y también en la misma ahora Roosvelt, nos dice con acierto de Jorge Arellano antepone a la fuerza a la mentalidad comercial y a la brutalidad de los Estados Unidos, la historia de nuestra América.

Entonces, para profundizar en ese poeta universal, diverso, múltiple, estudioso, quiero dejar la palabra al compañero Edwin Castro que va hablarnos de un Darío Latinoamericano.
Edwin la Palabra.

MAESTRO DE CEREMONIA LICENCIADO EDUARDO
Del Ingeniero René Núñez Téllez, escuchaban las palabras del Ingeniero René Núñez Téllez, Presidente de la Asamblea Nacional.



DIPUTADO EDWIN CASTRO:
Gracias Presidente René Núñez Téllez, gracias compañeros colegas por permitirme hablar hoy ante ustedes de un Rubén Darío Latinoamericano, precursor del latino americanismo, queridos amigos, poeta Julio Valle, querida amiga del Instituto Cultura.

Félix Rubén García Sarmiento nuestro Rubén Darío el Rubén de América el Darío de toda la Hispanidad nacido en Nicaragua su poesía posee ondas raíces americanas se convierte en el poeta del continente como bien lo dijo Pablo Neruda “En la garganta pastoril de América.” Como expresaba el maestro Edgardo Buitrago Buitrago uno de los mayores estudiosos Darianos Rubén es uno de los pocos poetas que explica la significación y los alcances de su propia producción, expresa con claridad su latino americanismo y su antiimperialismo.

Desde muy joven pone al descubierto sus inquietudes y preocupaciones literías y políticas que hallaran buscar sus satisfacción señalándose a sí mismo un orden gradual de desarrollo que termina por establecer un proceso claro y definido de su propia obra, al escribir en el Salvador a la corta edad de 15 años su poema, La Poesía Castellana que le dedica su amigo el poeta Joaquín Méndez en 1882, plasma dichas inquietudes, en dicho poemas después de exponer el desarrollo de nuestras poesía desde los comienzos del siglo XIX “Pide al poeta ensalse y purifíque a la lozana y armoniosa poesía castellana”. El poeta a quien se refiere no es otro que el mismo por lo que revela una clara y fuerte convicción de ensalsar y emprenmder al mismo tiempo la necesaria y urgente renovación de la poesía Castellana ante el atraso que él ya visualizaba en relación a las otras lenguas Europeas. Además que pregona la americanización de la lengua castellana, misión que se agranda y profundiza tres años más tarde en su labor de escritor y poeta cuando en el periódico El Porvenir de Managua sostiene su famosa polémica con el respetado y reconocido Profesor y dramaturgo don Enrique Guzmán al defenderse Rubén Darío de los ataques que le hiciera el maestro señalándole casi como traición a la lengua lo que don Enrique llama su afrancesamiento de la lengua y lo que considera falta de redacción grave al usar los modismo americanos.

Rubén se levanta asumiendo en representación de los americanos el derecho que tiene de velar y defender el avance y progreso de nuestra lengua, por ser ya en ese momento la mayoría de los parlantes. Asume con conciencia una clara posición latinoamericana, Rubén siente a si desde los comienzos de su actividad poética y escritor, la finalidad de llevar a cabo la reforma de la lengua española, la cual va ocupar todo su tiempo y su vida en conocer los cambios producidos en la lengua extranjeras especialmente en la literatura francesa, con los nuevos movimientos literarios del romanticismo, del parlaceonismo y simbolismo al igual que la literatura inglesa con el pre-Rafaelísmo y con la personalidades Estadounidenses de Emerson Poe y sobre todo de Wiston, como también volviéndole el paso de nuestra propia tradición poética para extraer desde su fondo olvidada a veces las grandes innovaciones de los clásicos, en los que como él mismo dijo encontró “Riquezas de expresión y de gracia que en vano se buscaron en arto celebrados autor de siglos más cercanos,” pero no para trasladarla o simplemente autorizarla sino para darle vida nueva a través de los procedimientos de cristalización de las letras en las palabras como diría el propio Rubén.

Darío en dilucidaciones del canto errante “No gusto moldes nuevos ni viejos mi verso han nacido siempre con su cuerpo y alma, no le he aplicado ningún tipo de ortopedia he si cantado aires antiguos y he querido ir hacia el porvenir siempre bajo el divino imperio de la música, música de las ideas, música del verbo” por eso en Rubén hay desde sus comienzos algo más que un poeta, el crítico y autor de una profunda reformas de las estructuras mantenidas hasta su tiempo en la poesía española, y que busca y trae de la novedades literías: Inglesas, Francesas, Estadounidenses, Alemanas y de los mismos antiguos clásicos del propio español, reforma que emprende con un alto sentido del humano, sin perder lo divino inmerso en la gente, en su pueblo en su América, esto se advierte fácilmente al tener en nuestra manos el desarrollo continuado de su obra.

Rubén Darío no es iniciador del modernismo pero, es su líder indiscutible, los críticos y estudiosos han dividido al modernismo en dos etapas: la primera generación modernista que abarca las dos últimas últimas décadas del siglo XIX y la segunda desde 1896, que aparece Prosas Profanas hasta las tres primeras décadas del siglo XX.

Poetas representativos de la primera generación modernista son: José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, José Asunción Silva, Julián del Casal, entre otros; en las tres últimas décadas del siglo XIX surge en América un movimiento Literario de ondas predilección por la estética nueva, que si bien posee un fuerte sello romántico cultiva una poesía luminosa, pletórica de elementos cromáticas. Poesía culta, refinada, sensual, exquisita, con una enorme preferencia por la musicalidad del verso de la prosa, plasticidad, música, giro nuevo que muestran una voluntad de ser moderno.

América, resulta así la patria del modernismo, por primera vez en la literatura española, un movimiento vigoroso surge del continente americano, una emancipación cultural de la antigua metrópolis que lo lidera Rubén Darío; de esta manera se rompían los lazos de la dependencia con la madre patria, en el campo de la cultura.

El modernismo tiene como antecedente literario al movimiento del siglo XVIII, conocido como el romanticismo, los escritores de esa época concebían una nueva filosofía de vida, en énfasis en la libertad de temas y formas una creación literaria espontánea arbitraria, sin sujetarse a ningún precepto, lo esencial para el poeta era expresar sus emociones y sus sentimientos.

Un afán de libertad que abarca desde la política hasta las letras, que tuvo como antecedente la revolución francesa y guerras napoleónicas, se refugia en su interioridad de ahí su gran preferencia por la soledad, lo vago, lo misterioso. Divinizó la naturaleza, en lo que tiene de libertad y espontánea, el romántico, que por sí es melancólico pobló su poesía de serie y leyendas fantástica, genios y entes incorporio, su insatisfacción espiritual, su angustia del vivir, la fuerza del amor y la búsqueda del placer los condujo a los románticos altevios, alcanzados sobre el diario acontecer, que los lleva hasta el suicidio.

Su desesperado individualismo los motivo aventurarse a formas anormales de heroísmo y bandidajes, en el aspecto político los lleva a defender causas libertarias y luchar contra alguna forma de injusticia social. Los escritores más representativos de esa época de Alemania Getz, Federico Schiller, de Inglaterra Roth Bailón, John Le Gordon mejor conocido Sir Walter Scott, de Francia Víctor Hugo, Juan Jacobo Russó, Alberto Jusset, Alfonso de la Batín, de España Gustavo Adolfo Bécquer, José de Escóncela, José Zorilla, todos ellos ejercieron una poderosa influencia sobre los escritores latinoamericanos.

El modernismo recibe una gran influencia del romanticismo, pero en verdad surge del sincretismo, el romanticismo, parlacianismo y simbolismo, que además se alimenta de otras corrientes como: el decadentismo y el realismo.

Los escritores modernistas al tener como divisa el desprecio a la mediocricidad y proclamar la perfección de la forma, que toman del parlacionismo, se fascinaron con el color y la musicalidad de las palabras tomadas del simbolismo.
El maestro Edgardo Buitrago, analiza la vida y obra de Darío en tres etapas: como etapa de un proceso evolutivo, como él mismo dice, con intermedio, con características muy propias.

La primera etapa, es la etapa de la iniciación, circunscrita al territorio Nicaragüense y Salvadoreño, que comprende de 1880 al año de 1886 con su partida a Chile y que corresponde a su edad de los 13 a los 19 años, con obras representativas de esta primera época o de iniciación pueden considerarse su primer libro de poesía Epístolas y Poemas de 1885.

No representa todavía su estilo propio y original, sino que se siente la fuerza influencia de Campoamor, Bécquer y Zorrilla, pero se descubre ya su inquietud personal y su deseo de expresar algo muy suyo. Ya aparece de esa época su evocación a América que se mantendrá a lo largo de toda su obra como utopía permanente de la gran fraternidad americana, en sus poemas El Porvenir plantea cual profecía. Y cito “En fiesta universal establecida la creación del gozo adormecido del porvenir sentía el beso blando y por la inmensa bóveda rodando se oyó un eco profundo ¡América! es el porvenir del mundo. De igual manera su liberalismo, su anticlericalismo y su centroamericanismo morazánico de su primera juventud quedó plasmado en la poesía de esta primera etapa.

La segunda etapa comprende el período Chileno- Argentino, que se enmarque en los años 1886 en que llega al Valparaíso–Chile, hasta el 8 de diciembre de 1898 que abandona Argentina rumbo a España, ciclo que es interrumpido por un intermedio de 4 años, del 6 de marzo de 1889, que pone fin a su estadía en Chile, regresando a Nicaragua hasta agosto de 1893 que arriba a Buenos Aires.

Desde los inicios de esta segunda etapa en el siglo chileno, tenemos la publicación de su libro Abrojos de 1887, libro que sale a la venta el 16 de marzo de 1887 con 58 Abrojos, siendo su gran mayoría escrito entre el 13 de octubre al 31 de diciembre de 1886, según Rodríguez Mendoza, el título de Abrojos procede de una bellísima dórala de Manuel Acuña, el Abrojo 12, voy aludir a los amores de Acuña o a los del propio Darío, pues comienza así en su primera versión ¡Oh Rosario! te quiero con toda el alma. El 20 de noviembre de 1987 aparecen publicadas las 14 piezas de las rimas, que fueron escritas con miras a un certamen que solicitaba una colección de 12 a 15 composiciones inéditas de poesías del género subjetivo o insinuante que es del tipo del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, obras que fueron premiadas y distinguidas entre 990 composiciones presentadas, algunos temas y modos de los Abrojos se continúan en la rima, por ejemplos las preguntas y preguntas lacónicas de amargo resentimiento y mal humor.

Eres artista tiafeu, vales algo te critico, en el prólogo verso 25 y 26 de la rima. Que me miras agravio, me han hablado sayero, en la rima 11, la rima 9 está emparentada con las hojas secas del poeta suicida Manuel Acuña.

El mejor libro de Darío del siglo chileno es sin lugar a dudas “Azul” publicado en chile el 30 de julio de 1888, del cual el mismo Darío Diría “Libro primo-genio que inicia un movimiento mental, que había de tener después de tantas triunfantes consecuencias”. Con este libro Rubén se da a conocer en todo el continente americano y en Europa, ganándose el respeto y admiración de escritores y poetas. Los chilenos en particular chufanan que en su patria está surgiendo con Darío todo un movimiento poético de sentido universal y de nacimiento americano.

El nombre azul proviene muy probablemente de una frase de Víctor Hugo, “El arte es Azul”, que no se refería Víctor Hugo una realidad cromática, sino al poder azul como símbolo de una nueva estética, la enajenación artística que alza el vuelo sobre las realidades prosaicas e inmediata. Para el poeta, “azul” representa lo ideal, lo eterio, lo infinito, le sirve al artista de refugio, cuando se atreve a soñar.

Sobre el libro de Darío “azul” don Juán Valera diría: “Desde luego se conoce que el autor es muy joven, que no puede tener más de 25 años pero, que los ha aprovechado maravillosamente, ha aprendido muchísimo y en todo lo que sabe y expresa nuestro singular talento, artístico o poético. Extraordinaria ha sido mi sorpresa, cuando he sabido que usted según me asegura un sujeto bien informado no ha salido de Nicaragua, sino para ir a Chile en donde reside desde hace 2 años a lo más. Como sin el influjo del medio ambiente ha podido usted asimilarse a todos los elementos del espíritu francés, si bien conservando española que acuna y organiza otros elementos convirtiéndolo en sustancias propias.

Leídas las 132 páginas de azul, lo primero que se nota es que está usted saturado de toda la más flamante literatura francesa. Y es usted, no imita a ninguno, ni es usted romántico naturalista, ni neurótico, ni decadente, ni simbólico, ni parnesiano. Usted lo ha revuelto todo, lo ha puesto a cocer el en alambique de su cerebro y ha sacado de ello una rara quintaesencia”.

El chip del ciclo chileno fue determinante la formación de Darío, en la literatura moderna y en su lanzamiento a la conquista del continente americano. Es, en ese momento que hay en América todo un movimiento por la búsqueda y encuentro de lo moderno, todos se ufanan de ser moderno, por eso lo lleva a muchas modas diferentes a como diría Anderson Umbert, Rubén aparece entre ellos indicando el camino que debería seguir, convirtiéndose así en el precursor del movimiento que se llamaría modernismo.

El 9 de febrero de 1889 Darío abandona chile, retornando a Nicaragua abriéndose un período de 4 años, 1889 – 1893 entre el ciclo chileno y el argentino, un período de intensa movilidad en cambios personales, permanecen 4 países de Centroamérica; El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua, visita a sus amigos cubanos en la Habana, permanece en España por más de 3 meses; se entrevista con José Martí en New York, donde el laureado escritor cubano le denomina mi hijo, y él lo llama mi maestro y pasa breve tiempo en París, conociendo a poetas de renombres, en aspecto personal se casa en El Salvador con Rafaelita Contreras, y el 21 de Julio de 1890 una escritora de cuentos modernista, nace su primer hijo en Costa Rica, Rubén Darío Contreras; su producción literaria se mantiene viva en estos 4 años. Entre marzo y mayo de 1889 escribe y publica en Nicaragua su libro el Salmo de la Pluma, de estilo profético, semejante al antiguo testamento y el que sostiene la tesis del avenimiento de una nueva era americana para la humanidad, de armonía, de paz y de trabajo, el período en que reside en El Salvador, Guatemala y Costa Rica, colabora como escritor, periodista en diarios y revistas de estos países.

En la revista de Costa Rica, da a la publicidad su poema, Tutecozimí, en el que recoge una hermosa tradición indígena huipil de Guatemala, que anuncia al hombre americano que habrá de dar vida y expresión a la nueva cultura, surgida del mestizaje hispano indígena africano, en su estadía en España, prolonga el libro Entropel de Salvador Rueda, como un poema que usa el Antiguo Metro de la Gaita Gallega, en esa misma época de estancia en España de en velada de la unión Iberoamericana lee su poema a Colón, que lo incorpora mas tarde en su libro el Canto Errante, es un poema de estilo clásico y de quejas ante el almirante Genovés por lo abusos e injusticias de los gobernantes y grupos dirigentes de la sociedad en la América descubierta por Colón, pero que a pesar de todo saluda jubilosamente la realidad fuerte y luminosa del mestizaje Hispano–Indígena.

De esos días españoles son también sus poemas Elogios de la Seguidilla, Blasón, Friso los cuales fueron posteriormente incluidos en su libro Prosas Profanas y otros Poemas.

El 13 de agosto de 1893 arriba de Buenos Aires dando inicio al ciclo Argentino de Darío que culminaría el 3 de diciembre de 1898 en que sale de España, es reconocido desde su llegada Argentina como líder y maestro del Movimiento del Modernismo, Movimiento Literario latinoamericano que ratifica y fortalece con su adición en ese país, tres años y cuatro meses que el propio Rubén califica “Ardua lucha intelectual que hubo de sostener en unión de mis compañeros y seguidores en Buenos Aires en defensa de la ideas nuevas, de la libertad del arte de la acracia o si se piensa bien de las aristocracia literaria”.

El 12 de octubre de 1896 en Buenos Aires pone a disposición del lector su interesantísimo libro “Los Raros” que es una recopilación de veinte poetas y escritores escogidos libremente por el propio Rubén, hace desde el mismo título anuncio un grito de lo que es para él y para el grupo de modernistas que lo acompañen en el Continente Americano la concepción misma de la belleza, el ideal de lo que debe constituir lo estético una expresión muy propia de cada quien y que no se parezca nada, una expresión que no se encierra ni se someta a ninguna regla ni precepto establecido.

Tres meses después el 21 de febrero de 1897 publica su libro de poemas que marca el proceso evolutivo de su creación poética el segundo ciclo de la segunda etapa de su desarrollo Prosas Profanas y Otros Poemas, su aparición provoca un entusiasmo desbordante en América que se refleja inevitablemente en el suelo Europeo es un éxito que lo consagra como líder y maestro de todo movimiento poético, en sus poemas de este libro se marca su preocupación por la musicalización de la palabra en que se reconoció por primera vez en el idioma Español dos clases de armonía, una verbal y otra ideal siendo la música muchas veces solamente de las ideas que produce la palabra y siendo esta segunda clase de musicalidad una de las innovaciones mas revolucionarias hechas por Rubén, como lo manifestamos anteriormente el modernismo tiene dos etapas antes y después de Prosas Profanas y Otros Poemas.

El nombre del libro nos evoca las famosas prosas del primer poeta conocido en la lengua española Gonzalo de Berceo del Siglo XIII, que las doto de sentido religioso en su libro de Santos y de la Virgen María; Darío a sus prosas las titula Profanas en oposición al sentido religioso de Berceo, los temas, el estilo de los treinta y tres poemas marcan la madurez del Modernismo.

El 8 de diciembre de 1898, dejo Buenos aires y se enrumba a España llegando a Barcelona el 22 de diciembre y a Madrid el 01 de enero de 1899 comenzando lo que el maestro Buitrago denomina su tercera etapa literaria y de vida, la etapa Española y universal. Está es la segunda vez que está en la madre patria pero ahora es una España diferente a la anterior es una España amputada doliente y vencida la casi totalidad de los intelectuales que conocía personalmente han muerto y los sobrevivientes están o ciegos, o sordos o mudos. Ahora Darío solo cuenta con las crónicas que envía al Diario la Nación de Buenos Aires como su corresponsal especial, todas estas crónicas altamente informativas las recoge en un solo volumen posteriormente y publica su libro titulado “España Contemporáneas” en el año 1901 en este mismo año publica la segunda edición aumentada y prologada por Rodó de Prosas profanas y Otros Poemas.

También en el mismo 1901 publica su libro de crónicas sobre la exposición de Paris con el Prologo de Justo Sierra bajo el titulo de peregrinaciones, en 1902 publica en París Francia su libro La Caravana Pasa, en este periodo de su vida radica más tiempo en parís que en Madrid y el 12 de Marzo de 1903 es nombrado Cónsul de Nicaragua en parís….

Empalmado con casete 3






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