EXPOSICION DE MOTIVOS
El suscrito Diputado ante la Asamblea Nacional, haciendo uso del derecho de iniciativa con fundamentos en los artículos 138, numeral 14 y 140, numeral 1, ambos de la Constitución Política de la República de Nicaragua y de los artículos 14, Inc. 2, 30 numeral 15, 89 numeral 2, 90 y 91 de la Ley No. 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo, presento por su medio a la consideración de la Asamblea Nacional, para su discusión y aprobación, la iniciativa de “Ley de Reforma al Artículo 5 de la Ley No. 333; Ley para la Protección y Promoción de la Obra, Bienes e Imagen del Poeta Rubén Darío y Declaratoria de Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico de la Nación a su Obra y Bienes”.
La Constitución Política de la República de Nicaragua, establece mediante la reforma constitucional de 1995, Art. 138, Inciso 14; la atribución de la Asamblea Nacional de “…conceder honores a servidores distinguidos de la patria y la humanidad”.
Asimismo, la Ley Orgánica del Poder Legislativo (Ley No. 606), aprobada el 5 de Diciembre del 2006 publicada en el Nuevo Diario, en su edición del 29 de Diciembre del 2006, establece en el Art. 30, Inciso 15 y 20, dentro de sus atribuciones; “…conceder honores a servidores distinguidos de la patria y la humanidad”.
Rubén Darío, como revolucionario de la literatura en lengua española desde las Américas, o sea, desde las Indias, es uno de los cofundadores de su Nicaragua natal y resulta el otro independentista y libertador, complemento de la independencia sociopolítica que logró Simón Bolívar, uno de sus próceres más admirado.
Entre los siglos XIX y XX Darío abre las compuertas de la cultura universal para Nicaragua y tiene la convicción de que
Nicaragua está hecha de vigor y de gloria,
Nicaragua está hecha para la humanidad…
Al dotarnos de un idioma remozado, musical y exuberante, Darío nos reafirma en nuestra identidad mestiza y se expresa y nos permite expresarnos como tales. A partir de Darío sueltan la lengua los indígenas, pensemos en el cholo César Vallejo, la negritud, pensemos en Nicolás Guillén, los araucanos ya mezclados, pensemos en Pablo Neruda y la modernidad de Vicente Huidobro.
Dueño de una profunda y una compleja humanidad nunca ajena a la sensibilidad social, hiperestésico, tuvo convicción y hasta participación política como poeta, periodista y diplomático nicaragüense, aunque no militara en “fracción política” alguna, tal lo confesó él mismo, y llegó a alcanzar en su madurez una posición que podemos calificar de anti-imperialista, hija de su conciencia latinoamericana y del conocimiento y seguimiento de las historias de Nicaragua, de América, del Caribe y de España en relación con el naciente imperio de los Estados Unidos de Norte América, a partir de 1898 y aún más, desde la Guerra Nacional, que fue Centroamericana entre 1854 y 1856. Su nacionalismo fue continental.
Por otra parte, el Modernismo, tendencia de la cual Darío sería capitán y cabeza visible, no es fruto extraño ni exótico de estas latitudes; es un típico producto de la sociedad y del genio latinoamericano, tanto como auto-afirmación e independencia creativa de España, como interpretación de las letras europeas, principalmente las francesas. Además, es la equivalencia artística al liberalismo hispanoamericano de entonces, según advierte Angel Rama, pensamiento y acción de avanzada, de donde se desprenden y explican la sobredimensión que ofrece la corriente. Darío estuvo comprometido con su tiempo y sus tierras y su Modernismo fue beligerante.
Su esteticismo constituía, más que una pose personal de Darío (subjetiva, rémora romántica como podría creerse), una posición general, generacional de los Modernistas hispanoamericanos y de algunos españoles. Era una posición de orden ético también ante y en su contexto social; modo de impugnar a la burguesía emergente desde Chile hasta México a mediados del siglo antepasado. Una burguesía que, como acertadamente indica y describe Angel Rama, “estaba desplazando al patriciado” y era carente de “tradiciones culturales”. Una burguesía “ávida de poderes y placeres, decidida a transformar el medio aldeano echando mano de la modernización que le proponía el pacto comercial con Europa, protagonista de la división mundial del trabajo que implicaba el progreso material, la ampliación educativa, una más rígida estratificación social mediante la creación del proletariado y de la clase media, y sobre todo enfrentada a la duplicidad de un comportamiento: no podía hacer suya la ética católica que imposibilitaría sus nuevas operaciones económicas y a su vez no podía rechazarlas porque era un instrumento utilizable en la estructura de poder que se consolidaba” .
La Torre de Marfil, o sea, el resguardo del “Yo” y la profesión del Arte –con mayúscula divina- como única religión y partido político, tenía, por consiguiente, una franca e inmediata casualidad y funcionalidad social, porque era oponer la estética de la exquisitez, del Culto del Arte por el Arte, a la crasa vulgaridad de nuevo burgués; era escapar de la provincia hispanoamericana a las capitales modernas, a las ciudades ideales y países exóticos que registran sus poemas y narraciones; y era replicar al pragmatismo, al utilitarismo del burgués comerciante con la bohemia, el ensueño y la sensualidad en sus personas morales. Y es que los poetas Modernistas, en medio de estas contradicciones, y como una contradicción más, tenían que vivir, afianzando, reafirmando sus derechos individuales, sus méritos y conquistas artísticas, y disparando su sátira de antigua raíz moral a los vicios de la sociedad.
Por eso, y valga como ejemplo, cuando el capitalismo norteamericano inició, con la anuencia de las burguesías de los respectivos países, la etapa de expansión de su política imperialista por Centroamérica, Darío alzó su protesta sobre el ave heráldica de su poesía y de los Modernistas: el Cisne, convirtiéndola por sus atributos en todo un símbolo anti-imperialista. Hay que reconocer cómo aquí se produce el juego de esas contradicciones aparentes: un ejemplar de la fauna aristocrática es identificado como una lucha que vendrá a aglutinar a los sectores populares del continente; un ave habitante de lagos y lagunas extranjeras será defensora de nuestra identidad; un pájaro esteticista por excelencia inaugurará la poesía contestaria de América. Sin embargo, así lo dejó sentado nuestro poeta: “Mañana podremos ser yanquis (y es lo más probable); de todas maneras, mi protesta queda escrita sobre las alas de los inmaculados cisnes, tan ilustres como Júpiter”.
Fue la Guerra de 1898 de los Estados Unidos contra España, iniciada con la insurrección en Cuba por su independencia (por la que cayera su padre y maestro José Martí), que en pocos meses dejaba a la antigua corona derrotada, sin sus postreras colonias en el Caribe y sin las Filipinas, la que originó en Darío su anti-anglosajonismo cultural y, en respuesta, su latinidad que devino en hispanismo entendido como fuente de identidad, de gloria y unidad, que la estirpe española y americana podía enrostrar en aquel trance a los Estados Unidos. Un enfrentamiento de civilizaciones, histórico, de ideales, estético si se quiere. Así lo pregonó nuestro poeta en verso y prosa, junto y al frente de José Enrique Rodó, Paul Groussac y otras inteligencias latinoamericanas. Con el natural ímpetu americano Darío mostró en medio del llamado “Desastre” y del pesimismo de la peninsular “Generación del 98” una España contemporánea (1901); convocó al optimismo (“Salutación al optimista”); entonó los Cantos de Vida y Esperanza (1905) actualizó símbolos representativos de sus ideales y valores; y levantó de sus ruinas, la herencia cultural, espiritual, ante la deshumanización anglosajona, ante el pragmatismo y triunfalismo de Calibán.
Pero no todo era optimismo hispánico, Darío tenía no infundados temores, a partir de la Enmienda Platt aplicada a la tierna república de Cuba y del caso de Puerto Rico, sabía el peligro que significaba la política exterior de los Estados Unidos para las naciones y los pueblos de la América española. Angustiado y fijos los ojos en lo que sería nuestro fatal destino, se le oyó interrogar “a la Esfinge” con el albo cuello de los cisnes, depositarios de su protesta, ya no sólo sobre el futuro de la España fecunda, sino de la América indígena: “¿Seremos entregados a los bárbaros fieros? / ¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés? / ¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros? / ¿Callaremos ahora para llorar después? / He lanzado mi grito, Cisnes, entre vosotros, / que habéis sido los fieles en la desilusión, / mientras siento una fuga de americanos potros / y el estertor postrero de un caduco león. . .”.
En los países hispanoamericanos desde el siglo XIX se comenzó a llamar próceres a los principales líderes de la independencia, españoles nacidos en América, a los que se les denominaba “criollos”. Y desde entonces, cuando se habla de próceres se entiende que son los forjadores de la independencia, o padres de la Patria como también se les dice, respetuosamente. Dicho con otras palabras, los próceres nacionales son aquellas personas ejemplares a quienes la posteridad rinde tributo porque sus acciones se grabaron en la historia, pues su vida y obra se identificaron con las etapas decisivas de la formación de la nacionalidad, con la creación del Estado independiente.
En la historia nacional, cuando se habla de próceres, nos referimos a los dos intelectuales nacidos en la parte occidental de lo que era la provincia de Nicaragua que participaron en el proceso de independencia de Centroamérica: Miguel Larreynaga, nacido en León, el 29 de septiembre de 1772, hombre de leyes, literatura y ciencias y Tomás Ruiz, nacido en Chinandega el 10 de enero de 1777. Ambos murieron fuera de su tierra, el primero en Guatemala y el segundo en San Cristóbal, Chiapas. La participación de Larreynaga es bien conocida en nuestros libros de historia, participó en la elaboración del Acta de la Independencia aunque no la firma y suscribió en representación de Nicaragua la Anexión al Impero de México el 4 de Enero de 1822. El indio Ruiz, sacerdote, no firmó ninguno de los documentos formales de la independencia como Larreynaga, pero tiene a su favor haber sido el primer indígena que obtuvo el grado de doctor en Centroamérica, uno de los tres fundadores de la Universidad de León (los otros dos fueron Rafael Agustín Ayesta y Nicolás García Jerez) y según Jorge Eduardo Arellano, el autor nacido en Nicaragua con más títulos impresos entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Que por Iniciativa presentada por el Poder Ejecutivo la Asamblea Nacional aprobó el 19 de Enero del 2007 la Ley No. 611, reformando la Ley No. 333, “Ley para la protección y promoción de la obra, bienes e imagen del poeta Rubén Darío y Declaratoria del patrimonio, cultural, artístico e histórico de la Nación, de su obra y bienes”, reformando el artículo 11 de la Ley, modificando el nombre de la orden instituida en honor de Rubén Darío y volviendo a llamarla ORDEN DE LA INDEPENDENCIA CULTURA "RUBEN DARIO", tal como había sido aprobada por Decreto No. 927 de 21 de enero de 1982 que fue publicado en La Gaceta No. 21 de 27 de enero de 1982
Que a juicio del promotor de esta iniciativa, Rubén Darío, es el que independiza a Nicaragua y la América Hispana de la cultura española, es el prócer de nuestra segunda independencia y merece ser llamado, no solo “"El Nicaragüense Universal de los Siglos", tal como se declaró en el artículo 5 de la Ley No. 333, Ley para la protección y promoción de la obra, bienes e imagen del poeta Rubén Darío y Declaratoria de patrimonio cultural de la Nación, de su obra y bienes, aprobada el 15 de Febrero de 2000 y publicada en La Gaceta No. 57 del 21 de Marzo del 2000.
La Asamblea Nacional, como representación y delegataria del pueblo nicaragüense, tiene entre otras la atribución de: elaborar y aprobar leyes y decretos, así como reformarlos y derogarlos. También está facultada por disposición constitucional a honores a servidores distinguidos de la patria y la humanidad.
Es irrefutable el hecho que Rubén Darío ha sido y es el más grande embajador de Nicaragua en el extranjero, y como tal nos llevó a la escena mundial, dando a conocer a su país por medio de sus poesías, escritos periodísticos y ensayos políticos.
En consideración a lo anterior, presento formal iniciativa para que se reforme la Ley No. 333, “Ley para la protección y promoción de la obra, bienes e imagen del poeta Rubén Darío y Declaratoria de patrimonio cultural, artístico e histórico de la Nación a su obra y bienes, publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 57 del 21 de Marzo del año 2000, declarando a Rubén Darío, “Prócer de la Independencia Cultural de la Nación”, y solicito a la Junta Directiva la incluya en agenda y orden del día para su tramitación conforme lo dispone la Constitución Política y la Ley No. 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo.
Hasta aquí la Exposición de Motivos.
Dado en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional. Managua, a los _________ días del mes de _________________ del año dos mil nueve.
Managua 12 de Mayo 2010
Honorable Diputado Doctor Wilfredo Navarro Moreira Primer Secretario Asamblea Nacional. Honorable Diputado Navarro: Por instrucciones del Diputado Mario Valle Dávila, presidente de la Comisión de Educación, Cultura, Deportes y medios de Comunicación Social, me permito remitir ante usted la iniciativa de “ Ley de Reforma al Artículo 5 de la Ley No. 333. Ley para la Protección y Promoción de la Obra, Bienes e imagen del Poeta Rubén Darío y Declaratoria de Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico de la Nación a su Obra y Bienes” que ha sido dictaminado por la Comisión. Agradeciéndole por su atención, me es grato saludarle,
Managua 12 de mayo 2010
Honorable Diputado Ingeniero René Núñez Téllez Presidente Asamblea Nacional Honorable Diputado Núñez: La Comisión de Educación, Cultura, Deportes y Medios de Comunicación Social, ha estudiado y consultado la Iniciativa de “Ley de Reforma al Artículo 5 de la Ley No. 333; Ley para la Protección y Promoción de la Obra, Bienes e Imagen del Poeta Rubén Darío y Declaratoria de Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico de la Nación a su Obra y Bienes”. La que fue presentada en Primera Secretaria el veintiuno de octubre del año dos mil nueve, por el Honorable Diputado Ingeniero René Núñez Téllez, y remitida a esta Comisión el diez de noviembre del año dos mil nueve para su debido proceso de Dictamen. Antecedentes
Nace Rubén Darío en Metapa (1867), municipio de departamento de Matagalpa (hoy Ciudad de Darío) primogénito del matrimonio de Manuel García (Darío) y Rosa Sarmiento Alemán. Es bautizado en León Santiago de los Caballeros, bajo el catolicismo y con el nombre de Félix Ramírez y no Máximo Jerez como el mismo poeta afirma en su autobiografía. Su nombre literario será la unión de su segundo nombre legal y el apellido Darío que produce de la tradición de llamar a los miembros de toda su familia con el nombre de su jefe.
Rubén Darío tenía muchos trabajos en su vida, pero una cosa que puede ser probablemente la más importante es que Darío es considerado el padre del modernismo.
Luego, viajó a España donde sucumbió a mucha influencia de Europa, una influencia muy liberal. Sus ideas nuevas fueron reflejadas en su poesía de romanticismo y amor.
Rubén Darío es considerado ser el poeta más importante que escribió en español afuera de la España y es fácilmente unos de los personajes más reverenciados en Nicaragua.
No puede negarse que Darío es el poeta modernista más influyente, y el que mayor éxito alcanzó, tanto en vida como después de su muerte. Su magisterio fue reconocido por numerosísimos poetas en España y en América, y su influencia nunca ha dejado de hacerse sentir en la poesía en lengua española. Además, fue el principal artífice de muchos hallazgos estilísticos emblemáticos del movimiento, como, por ejemplo, la adaptación a la métrica española del alejandrino francés.
Entre los siglos XIX y XX Darío abre las compuertas de la cultura universal para Nicaragua y tiene la convicción de que:
En el Modernismo, tendencia de la cual Darío sería capitán y cabeza visible, no es fruto extraño ni exótico de estas latitudes; es un típico producto de la sociedad y del genio latinoamericano, tanto como auto-afirmación e independencia creativa de España, como interpretación de las letras europeas, principalmente las francesas. Darío estuvo comprometido con su tiempo y sus tierras y su Modernismo fue beligerante.
Informe de Consulta: La Comisión sometió a consulta la Iniciativa de “Ley de Reforma al Artículo 5 de la Ley No. 333; Ley para la Protección y Promoción de la Obra, Bienes e Imagen del Poeta Rubén Darío y Declaratoria de Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico de la Nación a su Obra y Bienes” con los sectores involucrados como es el Instituto Nicaragüense de Cultura, y Ministerio de Educación, haciéndose un estudio de dicha Ley. Consideraciones de la Comisión: Las y Los Suscritos Diputados de la Comisión de Educación, Cultura, Deportes y Medios de Comunicación Social, podemos afirmar que el Poeta Rubén Darío, con sus obras del Poeta Rubén Darío significó el punto de referencia para toda América, en cuanto al arte, literatura y cultura, porque después de Rubén Darío aparecen otros intelectuales en América Latina que se inspiraron en la renovación que él hace de la Lengua Castellana y simboliza la Independencia de América de la Cultura Europea. El Poeta Rubén Darío en su Literatura retoma toda la riqueza de la lengua castellana, de la cultura clásica de la mitología griega, de los cisnes, de las musas, de la imaginación; él mismo rescata a Europa con su lengua, moderniza el castellano volviendo a darle esa musicalidad a la poesía, esas rimas que instaura Rubén Darío que le dan una canción a la Poesía, es un punto de referencia, y un orgullo para nosotros y para América Latina. Es justo que Nicaragua lo declare Prócer de la Independencia Cultural de la Nación, porque no sólo es un símbolo de Nicaragua, sino para América latina. Estamos totalmente de acuerdo en enriquecer esta Ley que ya existe y que la Asamblea Nacional la aprobó y es una reforma justa.
Por las razones antes expuestas, la Comisión de Educación, Cultura, Deportes y Medios de Comunicación Social, Dictaminamos Favorablemente la Iniciativa de “Ley de Reforma al Artículo 5 de la Ley No. 333; Ley para la Protección y Promoción de la Obra, Bienes e Imagen del Poeta Rubén Darío y Declaratoria de Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico de la Nación a su Obra y Bienes” declarándolo “Prócer de la Independencia Cultural de la Nación” Este Anteproyecto está bien fundamentado y no se opone a la Constitución Política, Leyes Constitucionales, ni a los Tratados Internacionales; por lo que solicitamos a Las y Los Honorables Diputados de la Asamblea Nacional, el respaldo para la Aprobación de este Dictamen.
Ley No. ___
El Presidente de la República de Nicaragua
Que,
Artículo Primero. Se reforma el artículo 5 de la Ley No. 333, Ley para la protección y promoción de la obra, bienes e imagen del poeta Rubén Darío y Declaratoria de patrimonio cultural, artístico e histórico de la Nación a su obra y bienes, publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 57 del 21 de Marzo del año 2000, a fin de que se lea así: